SEÑOR: LEONADO AGUILAR BACA

  • Uno de los hitos más importantes fue la construcción de la primera escuela comunal en 1993. Esta obra fue impulsada nuevamente por don Salvador Farfán, con el apoyo de los padres de familia y una ONG educativa que operaba en la región.
  • Posteriormente, en 1997, se construyó una pequeña iglesia de adobe y piedra, con el liderazgo de don Bruno Farfán, quien además de ser un guía espiritual, organizaba celebraciones religiosas tradicionales como el Corpus Christi y la Festividad de la Virgen del Carmen, atrayendo a comuneros de zonas vecinas.
  • En el año 2001, se conformó el primer comité comunal de regantes, para distribuir el agua del río yuracmayu hacia las chacras. Esta organización permitió mejorar la producción agrícola y dio lugar a la feria comunal de productos orgánicos, que se realiza cada año en el mes de agosto.
  • Gracias a las faenas comunales, se construyeron caminos vecinales, y en 2005, se logró instalar energía eléctrica a través de paneles solares con apoyo del gobierno regional.
CAMPANA COLONIAL

SEGUNDO TESTIMONIO: señora natividad Álvarez tayña

la comunidad de Chila

Hace muchos años, cuando los españoles llegaron a estas tierras, dejaron huellas que poco a poco se mezclaron con las costumbres y la vida de los pobladores andinos. Entre esas historias antiguas, se cuenta que un hombre llamado Antonio Farfán fue el primero en asentarse en lo que hoy conocemos como la comunidad de Chila.

Antonio era un comunero trabajador, que veía en estas tierras fértiles un lugar perfecto para sembrar, criar animales y formar un hogar. Con el paso del tiempo, su ejemplo motivó a otras familias a establecerse en la zona.

En aquellos años, una mujer destacaba por su esfuerzo y dedicación: doña Carmen Farfán, reconocida como la persona que llegó a tener más terrenos en la comunidad. No solo era dueña de extensas tierras, sino también una figura respetada, pues compartía con los demás su experiencia y apoyaba en la organización de las labores comunales.

Finalmente, en 1981, todas esas familias que ya vivían y trabajaban en el lugar decidieron unirse formalmente y dar origen a la comunidad de Chila. Desde ese momento, la historia, el trabajo y la unión de sus pobladores comenzaron a escribirse juntos, manteniendo vivas sus raíces y transmitiéndolas a las nuevas generaciones.